El cambio climático no es un pronóstico, sino un hecho. Los cambios de la meteorología, la desertificación de algunas zonas, unidas a inundaciones en otras, son sus síntomas. Unidos los problemas de contaminación de espacios naturales y el agotamiento de los sumideros han convertido a nuestra sociedad en REDUZCA, un lugar en el que va a ser casi imposible vivir sin reducir nuestro consumo y gasto energético. Te contamos 5 medidas para vivir en un mundo más sostenible, la mejor herencia para las próximas generaciones.
CONTENIDOS
1. Ayudas a la agricultura y los productos saludables
2. Uso de energías renovables
3. IA para optimizar la energía y luchar contra la contaminación
4. Construcción sostenible
5. Transporte sostenible
Es un chiste muy viejo en España… Un conductor va viendo sucesivas señales: “Reduzca a 90”, “Reduzca a 60”, “Reduzca a 30”, “Reduzca a 10” …. y paulatinamente reduce su velocidad hasta el mínimo posible, cuando aparece un último cartel: “BIENVENIDO A REDUZCA”. El chiste viene a colación no solo porque Reducir es una de las 3 R proclamadas por la ecología (Reducir, Reciclar y Reutilizar). También porque, al igual que al conductor del chiste, la ciencia nos ha dado avisos cada vez más inminentes: nuestro consumo sin límite de los recursos del planeta acabará haciendo un mundo insostenible.
Actualmente, reducir el consumo, por ejemplo, de agua, ya no es solo una medida recomendable en España, sino que pronto -si no lo es yo- será imprescindible, porque no nos queda otro remedio. Hay muchas evidencias científicas de que el cambio climático que, entre otras cosas, está llevando parte a España a la desertificación, es causado por el ser humano. En una entrevista reciente, Celeste Saulo, Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial, señalaba:
“El último reporte del IPCC [el panel de científicos internacionales que radiografía en cambio climático] explica que el cambio climático está principalmente causado por la actividad antropogénica, debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Así que esto está fuera de dudas y por eso está fuera de dudas también que hay que actuar.”
Vamos con las medidas para potenciar un mundo sostenible.
1. Ayudas a la agricultura y los productos saludables
La tecnología y la innovación aplicada a la gestión de alimentos viene dada por una realidad. Según la OMS, en 2021, hasta 828 millones de personas (9,8% de la población mundial) se vieron afectadas el hambre. Aunque muchos organismos han insistido en que el planeta puede producir alimentos para todos, el consumo desaforado y el apoyo de determinados países tan solo a productos de carácter animal, arroz y azúcar ha causado un desequilibrio. Esto podría producir que la población afectada por el hambre aumentara. La OMS propone incentivar las ayudas a la alimentación y la agricultura para destinarlo a alimentos nutritivos donde el consumo per cápita no alcanza los niveles de una dieta saludable.
Si el hambre es el problema, la regulación podría ser la solución.
2. Uso de energías renovables
El uso del carbón y el petróleo está llegando a sus límites (hace tiempo que lo hizo, de hecho), y además es conocido el perjuicio que causa en el medioambiente. Las energías renovables, el caso del hidrógeno verde, la energía eólica o solar fotovoltaica, entre otras, deben tomar más relevancia. En España, la posibilidad de instalar paneles solares es una solución que no solo no daña al medioambiente, sino que puede ser un importante ahorro, en un mercado de la electricidad aquejado de vicios estructurales. La escasez de energía y combustible provocada en Occidente por la guerra de Ucrania fue una llamada de atención a nuestra dependencia de determinadas energías. Pero, situaciones coyunturales aparte, es un hecho incontestable que dichas energías son limitadas -aparte de no ser limpias-.
Podría ser el último aviso para pasarnos a las renovables.
3. IA para optimizar la energía y luchar contra la contaminación
La IA está en entredicho, algunos consideran que es una amenaza por el ser humano y otros una gran oportunidad. Bien orientada, la IA puede producir una transformación positiva global. Los partidarios esta afirmación, consideran que el uso del Deep Learning puede producir importantes optimizaciones energéticas y también ayudarnos a reducir la contaminación que venimos produciendo en el medio ambiente. Solo una de sus aplicaciones ha sido el descubrimiento de nuevas enzimas que descomponen más rápido el plástico.
Y no, este párrafo no lo ha escrito chatGPT, por si te lo preguntabas 😉.
4. Construcción sostenible
la producción de cemento es responsable del 8% de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero, debido al proceso químico de su fabricación. Sumado a ello, el proceso constructivo consume muchos combustibles fósiles, por la necesidad de transporte y el uso de maquinaria pesada. Reemplazar el cemento por otros materiales o reciclar el hormigón de las demoliciones no parece que sea suficiente. Por eso se está empezando a utilizar la fabricación activa, o impresión 3D, para la construcción de viviendas. Este sistema aprovecha materiales locales (evitando los costes de desplazamiento) como arcilla del suelo, la arena o las fibras vegetales. Evitando la necesidad del transporte de materiales se ayuda también a que se construya en países en vías de desarrollo.
Los empresarios de la construcción han de orientarse a métodos alternativos, y como consumidores también podemos potenciarlos.
5. Transporte sostenible
Según un estudio reciente de Transport & Environment, el transporte con vehículos pesados genera más del 50% de las emisiones de CO2 de todo el proceso de transporte. A ello hay que sumar que el transporte de mercancías por carretera supone casi el 30 % de las emisiones totales del transporte, y las emisiones del transporte suponen el 25% de gases de efecto invernadero. La solución es el transporte sostenible. El uso de vehículos eléctricos, ya sea por batería o pila de hidrógeno, o el combustible biodiesel o bioetanol, son formas de atajar estas emisiones. Dado que en otros medios de transporte de mercancías (los grandes barcos suponen el 80% del transporte internacional) es más difícil de reducir el uso de combustibles fósiles, se debe poner el foco en el transporte por carretera, y hacerlo descender en detrimento del ferrocarril, mucho más eficiente y sostenible. Por último, está claro que en las ciudades hay que orientarse hacia medios más ligeros para el transporte de personas, no solo por el daño al planeta, sino también a la salud de sus habitantes. La adaptación de las ciudades al uso de la bicicleta, el transporte público, o compartir coche son las alternativas al coche privado más sostenibles.
Si puedes hacerlo caminando, hazlo, y si no, coge una bicicleta o un tren antes que un coche, en resumen.
En definitiva, el reto de los gases de efecto invernadero, el consumo ligado a alimentos poco sostenibles -y menos sanos-, la construcción tradicional o el transporte con combustibles fósiles nos han traído a REDUZCA, la sociedad qué prácticamente ya habitamos.
Una regulación centrada en la sostenibilidad, la tecnología aplicada al uso de energías renovables y la reducción de la contaminación, las energías renovables y la construcción y el transporte responsables; son sus aliados para vivir en un mundo más sostenible.
Con su ayuda podremos convertir REDUZCA en FUTURA, la sociedad en la que que nuestros hijos y nietos podrán vivir sosteniblemente.